sábado, 28 de febrero de 2015

Crónica de la Zúrich Maratón de Sevilla


Otra vez estamos por aquí y esperemos no tardar mucho tiempo en volver.
El primero fue salir a 5:00 min/km. Creo que no fue muy acertado, pero la competición es lo que tiene, en este tipo de pruebas hay que marcarse los tiempos de paso e intentar cumplirlos, ya que más adelante lo agradecerás.
Esta vez vamos a hablar de lo que pasó en mi primera maratón, la Zúrich Maratón de Sevilla.
El sábado nos pusimos en marcha dirección Sevilla mis amigos Alberto, Stella y yo, directos a FIBES para la recogida del dorsal, bolsa del corredor, acreditar la marca y paseo por la feria y de allí nos fuimos a pasear por la capital hispalense e ir mentalizándome de lo que me esperaba al día siguiente.
El domingo sonó el despertador a las 6:30, que a las 7 teníamos que desayunar, dos tostadas con nutella, café solo con azúcar y una manzana. Un desayuno típico.
Llegamos a la salida y me fui preparando para enfrentarme a la distancia mítica del atletismo: los 42195 m de los que consta el maratón.
Con el disparo los nervios se disipan y empieza lo mejor, ponerse a correr. Empiezo con un ritmo de 5 min/km (primer error, creo yo) con el que me siento cómodo y tocaba aguantar todo lo que se pudiera.
Tenía una pauta clara, tomar geles (segundo error, creo yo) cada 10K y coger en todos los avituallamientos agua y bebida isotónica.
Los primeros 10K los pasé en 51:01 con una media de 5:05 min/km aprox., muy cómodo y con buenas sensaciones, y en torno al kilómetro 16-18 viene el primer “problemilla”: comienza a molestarme la rodilla, el dolor va aumentando y creía que estaba fuera de carrera. Ahí opté por cambiar la técnica de carrera, acortando la zancada y aumentando la cadencia, y al cabo de unos kilómetros el dolor desapareció.
El paso de la media maratón fue de 1:48:06, seguía con unas buenas sensaciones pero sabía que a partir de este kilómetro no sabría cómo me iba a responder el cuerpo (tercer error).
Los siguientes 10K fueron bastante bien, pero a partir del kilómetro 30 empezaron los problemas: la falta de entrenamiento empezaba a pasar factura, el ritmo decayó hasta llegar a los 6 min/km, muscularmente notaba como los cuádriceps no daban más de sí, pero… ¿cómo iba a abandonar a falta de solo unos kilómetros?Estos últimos kilómetros se me hicieron muy duros, pero también fueron los más bonitos, ya que los corredores pasábamos por zonas donde había mucha gente animando a ambos lados. El día anterior pasé por la zona de los últimos kilómetros, así que la zona era conocida y eso me ayudó a verme en meta consiguiendo el objetivo.

Lo mejor de todo fue entrar en el estadio y recorrer esos 300m dentro de él, es algo indescriptible… ¡Solo me quedaba disfrutar! Durante la carrera, considero que cometí varios errores… os cuento.

El segundo error fue no haber probado los geles antes. Utilicé los geles Aptonia de Decathlon sabor cola y la verdad es que me fueron bien, pero también podría haber pasado lo contrario y no estaría hablando de cómo termine si no de cómo tuve que abandonar.
El tercero fue falta de entrenamiento: me puse en la salida sin haber entrenado el mes anterior casi nada, solo un poco de Pilates. Pasé por un proceso gripal, una lesión en el piramidal y después de todo esto un bajón en la motivación y todo esto repercutió en el kilometraje. La única tirada larga que hice fue una media maratón a principios de enero, con eso llegue a la salida.
Seguramente cometí muchos errores, pero creo que he aprendido de ellos e intentaré que no vuelvan a ocurrir en el próximo.
Por lo demás todo perfecto, le doy a la organización un 9.5, que no llega al 10 porque   creo que hacen falta duchas en este tipo de pruebas, sobre todo para los corredores de fuera de la ciudad. 

Afortunadamente en el hotel (Hostel Calatrava Luxury) tuvieron grandes detalles con los corredores que nos alojábamos allí: nos ofrecieron un completo desayuno cortesía de la casa y nos dejaron hacer uso de las habitaciones todo el día sin cobro adicional, hecho que agradecí inmensamente, porque hacer el camino de vuelta a casa sin poder darme una duchita… ¡hubiese sido otro tema!

El resto de aspectos organizativos fueron estupendos, tanto en la feria del corredor el día de antes como el mismo día de la competición. Así que en definitiva, os recomiendo la Zúrich Maratón de Sevilla
Como no podía ser de otra forma, también tengo que dar las gracias a Stella (que es un primor, preciosa, maravillosa, estupendísimamente cool, adorable, guapérrima, etc) y Alberto (que no está mal) que estuvieron a lo largo de todo el recorrido animándome y dándome las energías necesarias para llegar a meta (aunque hicieron un alto en el camino como buenos caminantes y se comieron unas palmeras de chocolate tremendísimas y no me guardaron ni un cacho, y como se pararon, no pudieron llegar a meta, y eso les hace un poco odiosos, pero qué vamos a hacerle).

Espero estar allí en 2016  para mejorar esas 3 horas con 54 minutos.

 
biz.